¿Cómo funciona la Corteza Prefrontal?

La corteza prefrontal es una de las áreas de nuestro cerebro más interesantes porque nos da nuestro sentido de racionalidad, pero ¿cómo es eso posible?

Si les pregunto, qué creen que nos hace a los seres humanos ser tan diferentes del resto de especies, de seguro muchos dirían: nuestra capacidad de pensar racionalmente. Pero este pensamiento racional es producto de muchas partes de nuestro cerebro pero en particular una que es clave, y es, si, la corteza prefrontal. Así que en este video les voy a enseñar de manera muy simple qué es esta parte y para que sirve.

¿Qué es la corteza prefrontal?

La corteza prefrontal es una región específica de nuestro cerebro. Como tal, el cerebro está divido en varios lóbulos, que de seguro los habrán sentido nombrar, y son: el lóbulo occipital, temporal, parietal y frontal.

Es dentro de este último donde encontramos la corteza prefrontal. La misma se divide en: dorsolateral, ventrolateral y orbitofrontal. Ahora bien, para que nos sirve tener este pedazo de materia gris aquí delante.

Hay una analogía que una vez la escuché de Mariano Sigman, un gran neurocientífico argentino, que decía que: la corteza prefrontal es como nuestra torre de control. Imagínense la torre de control de un aeropuerto que está constantemente recibiendo y procesando información para luego usarla en la toma de diversas decisiones. Bueno, eso a grandes rasgos es nuestra corteza prefrontal, una parte de nuestro cerebro capaz de procesar información compleja proveniente de muchas otras partes y usarla para diferentes fines

¿Para qué nos sirve la corteza prefrontal?

Bueno, a esta parte de nuestro cerebro se le reconocen varias funciones, pero yo las voy a resumir 5 de las importantes:

1. Memoria del trabajo: Que es mantener y manipular información temporalmente, como recordar un número de teléfono, hacer algún cálculo matemático, etc.
2. Toma de decisiones: que no es otra cosa que reunir información, valorar opciones y consecuencias, y elegir. Por ejemplo, cuando estás pensando entre escaparte del colegio para ir a jugar videojuegos, o no hacerlo para evitar meterte en un quilombo con el colegio y tus viejos. Posdata, yo lo hice me comí ese quilombo de punta a punta.
3. Control de impulsos y regulación emocional: super importante para inhibir comportamientos inapropiados, regular las emociones, y responder mejor a nuestro entorno. Por ejemplo, en el trabajo si recibiste un comentario ofensivo, y en vez de pegarle un bife a esa persona, solo le decís: “eso que dijiste no me gustó nada”.
4. Planeación y organización, es simplemente trazar un camino deseado para alcanzar los objetivos que buscamos. Por ejemplo, un viaje que queramos hacer, donde vemos que actividades haremos y que otras no, donde buscamos los descuentos, etc.
5. Entendimiento del comportamiento social, que es básicamente entender el entorno que nos rodea y sus normas y así poder adaptarnos a él. Por ejemplo, saber que robar y matar está mal y que causa daños a los otros, entre otras cosas.

Ahora bien, todas estas funciones tienen algo en común y es que forman parte de lo que se denomina comúnmente como: pensamiento racional. Si, esa habilidad que nos hace ser a los humanos como somos, básicamente. De hecho, se suele de decir mucho que la corteza prefrontal es la responsable del pensamiento racional, justamente porque pensar racionalmente tiene mucho que ver con estas tareas. No obstante, no es exclusivo de esta parte del cerebro, porque existen otras áreas que contribuyen.

¿Cuáles son las áreas que trabajan junto a ella?

Por un lado, tenemos a: La amígdala y la corteza cingulada anterior, que trabajan junto la corteza prefrontal en la regulación emocional. Un dato curioso es que la corteza cingulada también interviene en la detección de errores.

Luego está: el hipocampo y la corteza temporal, que proveen de información relacionada con nuestras memorias, y también, información relacionada a lo visual y auditivo. La corteza temporal es quien provee de esto último.

Luego está: el sistema de recompensa en general para la motivación y la búsqueda de objetivos, estrechamente relacionados con la planeación y la organización. Hice un artículo al respecto lo pueden ver aquí.

El tálamo y la corteza parietal contribuyen el procesamiento de la información proveniente del sentido del tacto, el procesamiento espacial y la regulación motora. Un ejemplo de esto es si se te perdió algo en tu cuarto que está super desordenado, seguramente tu corteza prefrontal va a usar estas áreas para determinar por donde empezar y qué hacer exactamente.

Y por último, la corteza insular para el procesamiento interoceptivo, que es, en pocas palabras, tener conciencia de lo que sucede en nuestro cuerpo, por ejemplo, reconocer si tenemos frío, hambre, sed, etc., y tomar acciones al respecto.

Evolución de la corteza prefrontal

Claro, que la habilidad de integrar información compleja y hacernos más racionales no vino dado porque si. Desde el punto de vista evolutivo la corteza prefrontal dio su gran salto recién en nuestra etapa de homo sapiens, es decir, la etapa en la que nos encontramos ahora que son los últimos 200 mil años dentro de los 7 millones años aproximadamente de nuestra historia como especie. Hasta donde se tiene registro, por supuesto.

Y a lo largo de nuestra vida, se estima que alrededor de los 20 a 25 años alcanzamos la madurez completa de esta parte. Bastante más tarde que otras áreas de nuestro cerebro. Así que si alguna vez se han preguntado porque solemos tomar decisiones estúpidas cuando somos adolescentes, bueno, ahí tienen parte de la respuesta.

¿Qué sucede si la corteza prefrontal se daña?

En 1848, un operador ferroviario llamado Phineas Gage, sufrió un terrible accidente. Una barra de hierro le atravesó el cráneo desde el pómulo izquierdo hacia la parte frontal derecha del mismo.

Cualquiera pensaría que alguien estaría muerto luego de padecer semejante accidente, pero no. Afortunadamente, Phineas Gage salió vivo de esto. Pero había un problema, como se imaginaran, Phineas se lesionó la corteza prefrontal, lo que hizo que su comportamiento cambiara drásticamente. De ser una persona amable, buen padre de familia, responsable y un buen trabajador, pasó a tener comportamientos impulsivos, era grosero, tomaba muy malas decisiones, y abandonaba casi cualquier plan que hiciera. Es así que la historia de Phineas Gage nos da una muy buena idea de que pasaría si no tuviésemos nuestra corteza prefrontal

Ahora bien, para que falle esta parte de nuestro cerebro no hace falta que una barra de hierro la atraviese, claro está. Se creé a día de hoy de trastornos como el TDAH, la esquizofrenia o trastornos del espectro autista están relacionados con alteraciones en la forma de funcionar de la corteza prefrontal.

Así que ahí lo tienen, intenté hacer un resumen lo más preciso posible sin entrar en muchos detalles. Pueden revisar las fuentes para más información.

Franco Raya

Creador de Brainials