¿Mito o verdad?, ¿o ambas? Los mensajes subliminales es un tema que trae muchos malos entendidos, pero si llamamos a la ciencia para que nos ayude, ¿qué puede aportarnos? En este artículo lo veremos.
Durante décadas la idea de que los mensajes subliminales podrían lavar nuestros cerebros y hacernos hacer cosas contra nuestra voluntad ha sido algo que trajo mucha polémica, pero sobre todo, malos entendidos.
Esto dio como resultado de que muchos países prohibieran estas prácticas por considerarlas poco éticas. Al margen de todo esto, la pregunta que realmente interesa es: ¿los mensajes subliminales realmente funcionan? Y si lo hacen, ¿cuál es el impacto que tienen en nuestra conducta?
Qué es un “mensaje subliminal”
La primera pregunta que hay que responder es: ¿Qué se entiende por “mensaje subliminal”? Los mensajes subliminales no son más que textos, imágenes, símbolos, etc., que se muestran a las personas y que tendrían como objetivo final el inconsciente de las mismas, pasando por debajo del radar de la consciencia.
¿Y por qué razón dirigirlos a esta parte? A día de hoy sabemos muy bien que no somos pura consciencia. De hecho, la consciencia misma ocuparía un espacio mucho menor en nuestro cerebro comparado con nuestro inconsciente. Es esta última quien influye de manera determinantemente en muchas de nuestras conductas y pensamientos. Por esta razón, los mensajes subliminales pretenden impactar directamente a esta parte de nuestro cerebro.
Cuál es el efecto de los mensajes subliminales
Ahora bien, la idea de que los mensajes subliminales pueden penetrar directamente a esta parte de nuestro cerebro y desde ahí poder manipular muchas de nuestras conductas, ¿es realmente posible?
Bueno… la respuesta es un: digamos que no. ¿Y por qué es un: “digamos que no”? Porque en lo que respecta a la percepción subliminal y el impacto que produce, hay mucho de mito, pero también, hay algo de verdad, con algunos asteriscos, claro.
Me explico. Cuando un mensaje subliminal entra en nuestro inconsciente, el mismo no se encuentra solo ni actúa con absoluta libertad; sino que se ve rodeado por muchas otras cosas, tales como: necesidades, deseos, hábitos, creencias, etc., etc., por lo tanto, estos mensajes, si se puede decir, tienen que pelear por un lugar dentro de un mundo de cosas que tienen un peso mucho mayor en nuestras actitudes y pensamientos.
Uno de los estudios que ejemplifica esto es el que se realizó en la Universidad de Utrecht. En el mismo sentaron a los participantes a realizar una tarea frente a una computadora mientras los bombardeaban con un mensaje subliminal que duraba tan solo 23 milisegundos y que contenía la marca del té helado: Lipton Ice. Este estudio mostró que solo las personas que estaban sedientas elegían la marca de té por encima del agua mineral. Por ende, el mensaje subliminal carecía de efecto en las personas no sedientas.
Estos mismos científicos siguieron replicando y perfeccionando este experimento, y llegaron a otra conclusión: los mensajes subliminales solo funcionaban en aquellas personas a quienes les gustaba esta marca de té pero no la bebía regularmente y, curiosamente, no tenía ningún impacto en aquellas personas quienes dijeron que eran fanáticas del té Lipton.
Más experimentos sobre los mensajes subliminales
Otros experimentos agregan que la efectividad de los mensajes subliminales queda aún más limitada a algo conocido como: “ventana subliminal”. Es decir, estos estudios sugieren que nuestra percepción subliminal no es infinita. Todo lo contrario. La misma está limitada a una ventana donde solo dejará pasar ciertas cosas y durante un tiempo determinado. Lo cual resultaría en que esta ventana sería algo pequeña y bastante débil como para aprovecharse de ella.
Y esta es la parte donde hay mucho de mito. Mucha gente creyó durante muchos años que los mensajes subliminales eran capaces de alterar la conducta humana de forma drástica. Como, por ejemplo, hacernos comprar cosas que no nos gustan o votar a candidatos que no nos interesan en lo absoluto. Por el contrario, su efectividad queda bastante limitada a ciertos contextos particulares donde terminan dependiendo de una multiplicidad de variables muchas veces más poderosas que estos mismos mensajes haciendo que pierdan muchísimo su efecto, o directamente, no tengan ninguno.
La verdad dentro del mito
Pero bien, también dije había algo de verdad en todo esto, y también dije que la efectividad de los mensajes subliminales queda limitada a ciertos contextos particulares donde sí que podrían tener impacto real en nosotros. Entonces, ¿cuáles son? Uno de estas situaciones se enmarca en algo llamado: Efecto Priming. El mismo consiste en activar fácilmente ciertos conceptos y asociaciones de la memoria de una persona que la predisponen para ciertas conductas determinadas. Por ejemplo, estudios probaron que hacerles beber un vaso de agua tibia a las personas las predispone a tener comportamientos más cálidos.
Pero si acaso el experimento más interesante que se hizo al respecto fue uno que llevaron a cabo el psicólogo John Bargh y sus colaboradores de la Universidad de Nueva York. En el mismo les pidieron a un grupo de participantes que armaran frases con palabras como: olvido, canas, arrugas, calvo, etc., todas asociadas con la vejez. Mientras que al segundo grupo les dieron palabras sin esta asociación.
Lo realmente importante es que, al terminar el experimento, los investigadores midieron en secreto qué tan rápido los participantes caminaban por el pasillo al salir de la sala. Y aunque ninguno de ellos sabía cuál era el tema de las respuestas, los que habían resuelto un acertijo con palabras sobre la vejez, caminaron más despacio por el pasillo. Es decir, que lograron influir en la conducta de este grupo de personas mediante el efecto priming, sin que estas fueran conscientes de lo que había pasado.
Resumiendo, el efecto de los mensajes subliminales es…
Dicho todo esto, recapitulemos un poco. ¿Cuál es el efecto que tienen los mensajes subliminales? Bastante poco y en ocasiones hasta es inexistente. ¿Por qué? Porque básicamente un mensaje que es entregado dentro de nuestro cerebro en solo milésimas de segundos le deja poco espacio para procesar a nuestro inconsciente y, además, al mismo no tendrá más peso que nuestro deseos, hábitos, etc., como ya expliqué.
No obstante, si cambiamos el contexto, lo que podemos llegar a percibir mediante nuestra percepción subliminal habiendo más espacio y tiempo de procesamiento, sí que puede alterar nuestra conducta de ciertas formas. Pero de nuevo, como vieron en el experimentos del juego de palabras, el contexto es diferente, había más tiempo, más espacio y solamente se activaba ciertos concepto de la memoria de las personas.
En resumen, la idea de que un mensaje subliminal puede tomar poder de nuestro cerebro y hacernos hacer cualquier cosa es algo más digno de una película de ciencia ficción que de la realidad.
Fuentes:
- Usar el cerebro – Facundo Manes. Pág. 54
- Pensar rápido, pensar despacio – Daniel Kahneman. Pág. 75, 78, 94
- https://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1111/1467-9280.00289
- https://www.psychologytoday.com/us/blog/ulterior-motives/201105/few-words-subliminal-advertising
- https://nobaproject.com/modules/states-of-consciousness
- https://www.scientificamerican.com/article/subliminal-messages-influence-our-experience-of-pain/
- https://www.scientificamerican.com/article/a-short-history-of-the-rise-fall-and-rise-of-subliminal-messaging/
- https://www.scientificamerican.com/article/the-subtle-power-of-hidden-messages/
Franco Raya
Estudiante de Psicología – Creador de Brainials